Descubrí a Davide Salvado en un veterano programa nocturno de la televisión gallega, emitido en horario de máxima audiencia la noche de los viernes; un programa musical y de variedades, desacreditado por muchos, pero que, en cambio, resulta ser una plataforma de lanzamiento de algunos de nuestros músicos gallegos para publicitar su primer trabajo discográfico, o bien un medio para dar a conocer los últimos proyectos de grandes artistas y grupos, también gallegos, y ya consagrados.
Así que, estaba yo aquella noche de recorrido televisivo por cuanto canal encontraba, buscando desesperadamente algún programa que me interesase (que ya es raro que lo localice), cuando un rostro masculino acaparó mi atención en la TVG. Un rostro masculino que me resultaba familiar, un rostro masculino moreno y atractivo; un rostro masculino sombreado por una incipiente barba correctamente desaliñada, un rostro y un cuerpo masculinos que podían atraer tanto a hombres como a mujeres. Mientras el presentador del programa realizaba el discurso introductorio a la actuación de Davide -el dueño de aquel rostro y de aquel cuerpo-, además de la presentación de su primer trabajo discográfico, "Árnica pura", me dio tiempo a radiografiar su inesperada indumentaria y su llamativo estilo: pantalones vaqueros ceñidos y cojoneros, chaqueta blazer, pecho y abdomen desnudos, al descubierto, adornados por una cascada de cadenas que, colgando desde su cuello, descendía por su tórax. La curiosidad me dominó y decidí aguardar por su actuación. “Todo o corpo” fue el título de la canción que interpretó en aquella ocasión. Debo admitir que la voz cálida y sensual de este marinense me encandiló. La interpretación de “Todo o corpo”, mientras su mirada mostraba cierto coqueteo con la cámara y el telespectador, me hipnotizó. Pero ahí se quedó su excepcional actuación. Esperé para comprobar si volvía a salir al escenario a interpretar otro tema, pero no fue así, o eso creo recordar; pues es más que posible que, después de un nuevo recorrido, en vano, por la cartelera y la programación televisiva de aquella noche, me refugiase en los acogedores brazos de Morfeo.
Con sólo escuchar una preciosa y única canción y con sólo contemplar una excelente y personal interpretación, me decidí a comprar su primer trabajo discográfico: “Árnica pura”, título que toma el nombre de la árnica, una planta medicinal en peligro de extinción, pero que si se ingiere en dosis muy elevadas puede producir la muerte. Consultando en Internet, descubrí que fue una mujer de las montañas asturianas quien calificó la voz de este artista polifacético como árnica pura, por lo que tras esta comparación, Davide Salvado decidió titular este su primer trabajo con el nombre de esa planta medicinal.
Al día siguiente, tras recordar la breve actuación que este joven músico realizó en aquel programa, me di cuenta de que su rostro masculino y seductor lo había visto antes como componente de la banda de Xosé Manuel Budiño, uno de nuestros magníficos gaiteros actuales. Y es que Davide acompañó a Budiño en sus conciertos y actuaciones, aportando su espléndida voz y sus excelentes dotes musicales a la hora de ejecutar instrumentos de percusión como la pandereta o el pandero.
Con “Árnica pura” descubrí un músico carismático que atrapa con su voz cargada de esencias, de expresión, un músico provocativo y provocador en ciertos momentos, sobre los escenarios, y que atrae con su sola presencia (como así lo comprobé en aquel programa televisivo y visualizando, más tarde, en Internet la presentación de su disco en La Moreneta, en Vigo, el 18 de junio de 2011), un músico que bebe de la savia más pura del folklore gallego, pero también de la música de raíz castellana, portuguesa e incluso cubana.
Con “Árnica pura” descubrí un músico carismático que atrapa con su voz cargada de esencias, de expresión, un músico provocativo y provocador en ciertos momentos, sobre los escenarios, y que atrae con su sola presencia (como así lo comprobé en aquel programa televisivo y visualizando, más tarde, en Internet la presentación de su disco en La Moreneta, en Vigo, el 18 de junio de 2011), un músico que bebe de la savia más pura del folklore gallego, pero también de la música de raíz castellana, portuguesa e incluso cubana.
“Árnica pura” está formado por 12 canciones. La primera de ellas, “Todo o corpo”, mi favorita, y creo que una de las más intimistas y emotivas de este proyecto musical ha sido compuesta por la poetisa gallega Lucía Aldao. Las once restantes como "Marín por ti”, “Tirioni”, “Ay! Amor”, "Serán”o "La hija de Don Juan Alba”, entre otras, fueron escogidas por este músico dentro de una selección personal de canciones gallegas, portuguesas y castellanas, y que forman parte de nuestro rico acervo musical más puro de carácter popular.
El resultado de la colaboración entre Davide Salvado y el productor Eliseo Parra –músico vallisoletano, investigador e impulsor de la música tradicional, a la que dota de aires renovados, y que ha participado en este excelente trabajo- ha sido magnífico, un proyecto que convence y una voz masculina que brilla por su calidez y hermosura dentro de nuestro rico patrimonio musical gallego.
No hay comentarios:
Publicar un comentario